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MOCIÓN QUE PRESENTA EL GRUPO MUNICIPAL DE COALICIÓN CANARIA PARA SU DEBATE Y APROBACIÓN, INSTANDO EL IMPULSO PARA LA CONSTRUCCIÓN Y PUESTA EN MARCHA DEL “CENTRO DE INTERPRETACIÓN DE LA NECRÓPOLIS DE MASPALOMAS”

Exposición de motivos

Antecedentes

El 7 de septiembre de 1988, con ocasión de la ejecución del proyecto de ampliación de la autopista GC-1, tramo Tarajalillo-Pasito Blanco (San Bartolomé de Tirajana, Gran Canaria), se descubrió un extenso espacio cementerial atribuido a los primeros ocupantes de la isla.

El lugar es conocido por los topónimos de Lomo de Maspalomas, Las Tabaqueras o Lomo de la Cuesta de los Garbanzos. El hallazgo hay que situarlo en su contexto histórico, pues se trata de una época de cambio acelerado durante la cual se realiza la modernización de las infraestructuras en Canarias, pero también de los procedimientos en la investigación arqueológica empezaban a cambiar, no sólo desde la perspectiva metodológica, sino sobre todo por lo que se refiere a sus protagonistas.

Hasta ese momento la investigación arqueológica había estado en manos de universidades y museos, que desarrollaban los trabajos con un ritmo peculiar, adaptado en todo caso a las necesidades de la investigación. A partir de este momento entran en juego nuevos factores, entre los que destaca el proceso de modernización que afecta a todo el país y genera cambios profundos en el modelo de ocupación del territorio imperante hasta ese momento. Este proceso dinamiza el ejercicio profesional de la arqueología en España, surgiendo las primeras empresas privadas dedicadas a la gestión territorial del patrimonio arqueológico. Éste, era pues, el nudo gordiano que atenazaba la investigación arqueológica en Canarias en los años en que se produce el descubrimiento de la Necrópolis de Maspalomas.

 

Los primeros trabajos

El proyecto de excavación se encargó al Servicio de Arqueología del Museo Canario, que, ante la complejidad y la imposibilidad de dar una solución adecuada al problema planteado, dejó el desafío de la excavación en manos de profesionales contratados directamente por la empresa constructora. En aquellos momentos la solución no pasaba por un cambio de trazado de la autopista, sino por la retirada incondicional de los restos, algo impensable, hoy día, para un depósito cementerial de estas características. Por este motivo, se procedió a diseñar un plan de actuación que permitiera desalojar la necrópolis rápidamente y que, al mismo tiempo, garantizara la preservación de los restos

para un estudio posterior. De este modo se procedió a delimitar las fosas para luego proceder a extraer el paquete sedimentario completo, empleando un armazón de madera embutido en un cofre de poliuretano. De igual forma, se extrajeron las estructuras de piedra seca asociadas a los enterramientos. Unos restos y otros, se almacenaron en dos naves industriales construidas al efecto en Lomo Gordo. Un lugar cercano a la ubicación original de la necrópolis y a medio camino también del núcleo poblacional (Lomo Perera o del Guarajillo) del que procedían los difuntos. La intervención arqueológica determinó que la necrópolis se extendía por una superficie de 2000 m2 donde se localizarón más de un centenar de tumbas, tanto en fosa como en cista, además de una serie de estructuras de piedra de funcionalidad incierta. Las dataciones, realizadas por el método del radiocarbono, aportan un marco cronológico para el funcionamiento del cementerio que abarca desde el siglo XI al siglo XIV .

Una vez levantados y almacenados, los restos funerarios permanecieron durante diecisiete largos años sin apenas ningún control sobre las condiciones de almacenamiento. Ante la alarma científica sobre su estado de conservación y la creciente presión ciudadana, para que se buscase una salida definitiva a este problema, en 2005 y en 2009 el Cabildo Insular de Gran Canaria sufragó varias intervenciones para preservar e investigar los materiales que habían salido de la necrópolis.

A finales de ese año se firma un convenio de colaboración entre Gobierno de Canarias, Cabildo de Gran Canaria y Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, que puso en marcha la excavación definitiva de la necrópolis aborigen de Lomo de Maspalomas, de la que se encargó a una empresa especializada. Todos los restos que habían sido depositados en San Bartolomé fueron trasladados a las instalaciones del Museo Canario.

Queda pendiente una vieja aspiración del ayuntamiento y que, por distintos motivos, no se pudo poner en marcha en el pasado, y no es otra que crear un Centro de Interpretación de la gran necrópolis de Maspalomas.

 

¿Qué es un centro de interpretación?

La denominación de centro de interpretación es un concepto moderno que arranca de las definiciones de la museografía estadounidense. La palabra exponer -en latín exponere- significa simplemente la acción de presentar una materia con claridad y método; por otra parte, interpretar -de interpretare- significa revelar el sentido de una cosa. La museografía tiene como objetivo ambas cosas: presentar una materia con claridad y método y, a la vez, desvelar su sentido. Aclarado esto lo que pretendemos que esta iniciativa es que el espacio donde estuvo la “Gran Necrópolis de Maspalomas” albergue un Centro

de Interpretación que permita recordar e interpretar a los naturales y por extensión a todos los visitantes uno de los aspectos más impresionantes del municipio de San Bartolomé de Tirajana; en definitiva, el pasado legendario de su municipio.

En virtud de lo expuesto, y de conformidad con lo establecido en los artículos 155 y ss del Reglamento Orgánico Municipal, y normas concordantes, el Grupo Municipal de COALICIÓN CANARIA – PNC, FORMULA AL PLENO LA SIGUIENTE PROPUESTA DE ACUERDO, A SABER:

Primero-. Instar al Gobierno de Canarias que se inicie los procedimientos técnicos y administrativos para construir un Centro de Interpretación de la Necrópolis de Maspalomas en el municipio de San Bartolomé de Tirajana.

Segundo-. Instar a la Dirección General de Patrimonio Cultural para que, en coordinación con el Cabildo de Gran Canaria y el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, dote de contenidos técnicos y humanos a dicho Centro de Interpretación para su puesta en funcionamiento.